Es un hecho que los procesos de globalización de las economías latinoamericanas obedece a un planteamiento externo que tiene su inicio en los postulados del llamado Consenso de Washington que extiende hacia estos países una agenda política que permite la aplicación de los lineamientos de la teoría neoliberal a la actividad económica de la región y que no solo permea los aspectos económicos, sino, los sociales, culturales, políticos y legislativos, ya que sin estos últimos no hubiese sido posible su aplicación por parte de los gobiernos nacionales que encuentran en nuevos marcos constitucionales y normativos, la vía expedita para su desarrollo.