Colombia es un país privilegiado en agua debido a su posición estratégica en el macizo donde confluyen los Andes y la Amazonía. El agua se manifiesta en las más diversas formas. Mares, caudalosos ríos, lagunas, humedales, pozos subterráneos, páramos, majestuosas nieves perpetuas. El agua corre, asciende, desciende, se filtra, alimenta, arrastra, limpia. Fluye. Sin embargo, este proceso se encuentra seriamente amenazado, así como las diversas fuentes hídricas. Pese a su abundancia, existe hoy una obsesión por imponer modelos y estrategias de producción-consumo que atentan contra la naturaleza. La tierra, el agua, las semillas, todo es mercantilizado, sin embargo, se está comenzando a experimentar los efectos del cambio climático que traen consigo grandes sequías y largas temporadas de aguaceros torrenciales que ocasionan estragos de dimensiones catastróficas, tanto en zonas rurales como urbanas.